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Darwin y la Religión
En esta entrada se puede generar más polémica que en ninguna otra del I.E.S. puesto que la Evolución y la Creación han sido teorías contrapuestas que aún hoy siguen en vigor. No hay que olvidar que en algunos estados de EE.UU. no está permitido exponer las ideas de Darwin. Dejo patente que en vida, y según he leído, Darwin evitó polemizar sobre la evolución, cosa que no pudo conseguir y aunque él era creyente de joven, con el tiempo cesó de creer en ninguna divinidad y sólo creyó en la ciencia. Mi planteamiento es el siguiente: podemos quitar a Dios y poner a la ciencia como dios, pero sólo cambiará el objeto, o podemos considerar, desde el punto de vista del que se parta, que las aportaciones científicas y religiosas podrían convivir y retroalimentarse, sin que ninguna de ellas pisara a la otra o quisiera imponerse.
Me centro en el tema. El evolucionismo niega la creación divina puesto que el desarrollo de la vida ha seguido adelante en cuanto que una especie se ha adaptado al medio ambiente en el que estaba y ha prosperado, modificándose incluso ésta, dando origen a una nueva especie más adaptada al medio, todo por la mera supervivencia.
Frente a esta idea, tenemos la otra de que somos imagen (reflejo) de Dios, no somos como los animales, ni nuestra vida es semejante a la suya. Hemos sido elegidos y, desde Cristo, somos hijos adoptivos de Dios, hemos sido creados por Él y la santidad a la que aspiramos nos acercará a Él.
Del debate de Huxley (colaborador de Darwin), con Wilberforce (sacerdote anglicano), se sacan varias conclusiones: dos personas inteligentes pueden estar equivocadas al creer en algo agarrándose a "SU" verdad, como a un hierro ardiendo. La ironía sirve más cuando se cuenta con la respuesta del oponente, puesto que si no se queda mal. Y por último, y no por ello menos importante, el germen de ese debate hace que ahora pensemos en la evolución como el paradigma ideal, pero éste podrá cambiar, puesto que la ciencia también lo hace.
Si venimos del mono o del mismo Dios Padre, ¿qué más da? Lo importante es lo que hacemos para seguir siendo monos o por divinizarnos. Si Dios ama la creación la quiere toda, aunque considera al hombre por encima de ésta, para que la ayude y complete, no para que la esquilme. Pues hemos bajado de los árboles, pero no para talarlos, digo yo. La naturaleza es infinitamente sabia y puede eliminar a las especies que le resulten perjudiciales. ¿Se extinguieron los dinosaurios? ¿Nos extinguiremos nosotros como especie? La evolución también en nuestra contra, puesto que se dará el caso de que podamos desaparecer como especie y nadie recuerde a Darwin ni nada de lo maravilloso que hace de este mundo el mejor de los posibles, aunque podemos hacer que sea aún más bello. Evolucionemos hacia el bien, el entendimiento, el diálogo, la paz y será una grata evolución a la que yo personalmente si que me apunto. Esta reflexión da para más, pero por ahora lo dejo. Feliz lectura.
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